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FAMILIA LABORAL: DIMENSIÓN DE ORGANIZACIONES MÁS HUMANAS Y FELICES HUMANIZANDO LAS ORGANIZACIONES

  Dra. Isabel Portillo de Cordoré
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE
isabel.portillo@urbe.edu.ve

Posdoctora Gerencia en las Organizaciones. Dra. Ciencias Gerenciales URBE. MSc. Gerencia de Investigación y Desarrollo. Lcda. Administración de Empresas, Lcda. en Recursos Humanos. Coordinadora Maestría Gerencia de Recursos Humanos URBE. Editora Revista Forum Humanes. PEII A2.

Hoy en día las organizaciones que obtienen resultados operacionales y financieros excelentes aun encontrándose en escenarios críticos, son aquellas en las cuales labora gente que con pasión, compromiso, dedicación, desarrollan esa capacidad competitiva promoviendo su continua reinvención.

Estas, son estructuras conscientes, que valoran contar con personas motivadas, involucradas y comprometidas en la construcción de organizaciones altamente potenciadas por sus procesos, con profesionales orgullosos de pertenecer a ellas, puesto que se estima su talento y respeta su individualidad, porque confluyen en espacios laborales abiertos, cálidos e inclusivos, que propician emociones positivas favoreciendo así la dinámica e interacción tanto particular como colectiva generando con ello bienestar, felicidad y familiaridad laboral.

FAMILIA LABORAL

Rodríguez (2012) define la familia laboral como el grupo de personas que son nuestros compañeros de trabajo, y que son con quienes pasamos más tiempo despiertos. “Ellos son tu familia laboral, desde el punto de vista de unión, colaboración y logro de metas comunes; convives con ellos más de ocho horas diarias. Compartes conocimientos, recursos y objetivos. Por eso aplicamos la palabra familia”.

Al respecto señala el autor, que dado el significado del vocablo, es importante tener claro los distintos tipos de familias que pueden coexistir. En su concepción, existe la familia consanguínea padres, hijos, esposa; y la familia social, el grupo de amigos con quienes tienes una amistad. La importancia de hacer esta distinción radica en que es primordial puntualizar los límites entre lo personal y lo laboral, aplicando el concepto únicamente en lo referente a la colaboración, camaradería, confianza, respeto y trabajo en equipo.

FELICIDAD O BIENESTAR LABORAL

Según Freud (1980), la felicidad se plantea como algo subjetivo y antagónico; por una parte, refiere que la felicidad egoísta, trata de cubrir las necesidades o deseos personales, por otra la felicidad social, por medio de la interacción con los demás. De igual forma, expresa Perdomo (2001) que el bienestar subjetivo conocido cotidianamente como felicidad; es entendido como la percepción de un estado de equilibrio interno, de satisfacción plena, vivenciado por una persona. Arita (2005), indica que se acompaña de una sensación positiva y placentera y es el resultado de un proceso de evaluación continua de la vida donde se buscan metas y necesidades de desarrollo.

Mikellsen (2009), por otra parte señala que la felicidad engloba tanto el bienestar subjetivo como la satisfacción vital, “La mejor definición que conozco es que la felicidad es un sentido de bienestar, un sentimiento de que la vida en su conjunto va bien. Esto viene de dos fuentes, lo feliz que la gente se siente, y el grado en que se encuentra su vida satisfactoria,” igualmente, Wright (2006) tomado de Utria (2014), afirma que “la felicidad está aislada de medidas como la productividad y la satisfacción laboral, y sería deseable considerarla también como un fin en sí mismo”. Entonces el constructo felicidad laboral va desde, el individual hasta el organizativo el cual está conformado por personas orgullosas de pertenecer a una organización.

ORGANIZACIONES HUMANAS

Las organizaciones son un grupo de personas socialmente conformadas que comparten cultura, tareas y objetivos a través de políticas y normas coordinadamente en forma sistemática para el logro de su misión.

Giménez (2010) expresa que las organizaciones humanas son una comunidad en la que las personas se sitúan en el centro del negocio y en la que se establecen relaciones de calidad basadas en la voluntad de compartir un espacio común a largo plazo.

Entonces, la organización es un conjunto de personas que de forma conjunta comparten una filosofía donde se comunican y desarrollan integralmente profesional, intelectual y culturalmente para lograr un fin común como familia.

REFLEXIONES FINALES

Es entonces, el momento oportuno para reflexionar como líder, implantando políticas y procesos que fortalezcan aspectos fundamentales como la motivación, implicación y obligación de colaboradores talentosos, que aspiran ser felices en su ámbito laboral, convirtiéndose en personas sensibles a las emociones de su gente para los procesos de transformación.

Aunque sea evidente que aspirare a que estos resultados medianamente se alcancen, lo que en realidad pasa es el hecho de promover estilos de dirección orientados a resultados y preservar parcelas de poder, casi siempre se termina sacrificando la expresión emocional de personas, que tienen sueños por perseguir, metas que lograr, y proyectos de vida por desarrollar.

Una organización que carece de vida, sin pasión, alma ni corazón, se convierte en solo paredes, equipos, gente; pues solo planifica desarrollarse sin vincular la vida emocional de su gente que de alguna forma han renunciado a sus ideales solo con el propósito de lograr una estabilidad laboral y en algunos casos se resignan a desempeñar puestos en los cuales sus competencias, habilidades y capacidades son insignificantes ante la demanda de los diversos roles que exige su quehacer cotidiano.

En estos contextos no sorprende que la salud laboral vinculada por ejemplo a síntomas como el estrés tienda a aumentar, que la desvinculación de personas incremente, y que los arraigados problemas de clima laboral, se exterioricen en bajo rendimiento, desmoralización generalizada, proliferación del rumor y débil compromiso con la organización.

Implantar organizaciones humanas, con ambientes laborales cálidos, sensibles a las emociones de las personas, con disposición para desarrollar, acompañar y apoyar los talentos que sostienen la competitividad, requerirá de una gerencia que integre el saber de su gente, la comunicación, respetando la individualidad incorporando el disfrute y bienestar del quehacer laboral.

En ese sentido, el líder, gerente o jefe tiene la oportunidad y responsabilidad de demostrar con su práctica que siente, piensa y se relaciona con su equipo tratando de dar el máximo de sí mismo, haciendo del espacio de trabajo un lugar donde la gente desee estar, pueda expresarse, desarrollarse en medio de una comunicación sana a través de la cual integre su saber, sin que con ello se pierda la individualidad y el disfrute de lo que hace, con respeto teniendo como norte la humanización de su ámbito laboral.

 

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