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DESAFÍOS DE LA SEGURIDAD Y SALUD OCUPACIONAL: HACIA UNA CULTURA PREVENTIVA DE LOS RIESGOS LABORALES

  Dra. Jennifer Liseth Quintero
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE
jennifer.quintero@urbe.edu

Posdoctora en Gerencia Pública y Gobierno (URBE), Doctora en Ciencias Políticas (URBE).Magister en Derecho del Trabajo (URBE). Abogada (LUZ), Maestrante en Ciencias Jurídicas (UNEFA). Doctorante en Ciencias Jurídicas (LUZ). Investigadora Docente y Miembro del Comité Académico Maestría en Derecho del Trabajo de URBE. Acreditada investigadora (ONCTI- PEII) Nivel A-2.

 

Ante los nuevos retos que impone el dinamismo de esta sociedad globalizada, adquiere mayor vigencia la necesidad en el ámbito laboral de garantizar condiciones de trabajo seguras y saludables. En este orden de ideas, las normas jurídicas relacionadas con la prevención son clave para la prevención de los riesgos laborales en las entidades de trabajo. Siendo por ende, inminente la transcendencia que representa el conocimiento y adecuada aplicación de los pasos y métodos que existen para poder prevenir los riesgos y procesos peligrosos, siendo estas medidas las que forman parte de un sistema de prevención de riesgos laborales, y con ello, la conformación de un sistema de gestión, que permita garantizar condiciones de trabajo dignos.

Sin embargo, las prácticas de la salud y seguridad en el trabajo implican una evaluación de peligros a los que se encuentran expuestos los trabajadores en las actuales estructuras organizativas, lo cual requiere de un conocimiento técnico multidisciplinario, que en muchos casos cuesta su comprensión e implementación en los centros de trabajo. Es por ello, necesario el reconocimiento que conlleve al análisis y evaluación de los riesgos determinantes en cada tipo de proceso productivo, así como también los elementos intervinientes, lo cual conlleva a brindar información útil que permita constatar que tipo de riesgo y el grado de exposición de este.

Ahora bien, en virtud de los diversos factores de riesgos laborales que se encuentran expuestos permanente los trabajadores, y adicionalmente, tomando en consideración los diferentes escenarios emergentes en el mercado de trabajo contemporáneo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adopta en la Conferencia Internacional 95ª celebrada el 15 de Junio de 2006 en Ginebra, el Convenio Nro.187 relativo al marco promocional para la seguridad y salud en el trabajo, convenio que entra en vigencia el 20 de febrero de 2009, y que contempla la necesidad de fomentar una política nacional de seguridad y salud en el trabajo, estipulando como uno de los aspectos más resaltantes, lo atinente a la concepción de la cultura de prevención, la cual es definida en este Convenio de acuerdo lo estipulado en el literal d del artículo 1 al establecer que:

La expresión cultura nacional de prevención en materia de seguridad y salud se refiere a una cultura en la que el derecho a un medio ambiente de trabajo seguro y saludable se respeta en todos los niveles, en la que el gobierno, los empleadores y los trabajadores participan activamente en iniciativas destinadas a asegurar un medio ambiente de trabajo seguro y saludable mediante un sistema de derechos, responsabilidades y deberes bien definidos, y en la que se concede la máxima prioridad al principio de prevención. (Literal d del artículo 1 del Convenio Nro. 187 OIT, 2006).

 

Posteriormente, la OIT ratifica la necesidad de fomentar una política de cultura de prevención, es por lo que la Oficina Internacional del Trabajo en el año 2013 elabora una guía intitulada “Crear una Cultura de Prevención en Materia de Seguridad y Salud”, la cual destaca los aspectos más relevantes tanto del Convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores, 1981 (núm. 155), su Protocolo de 2002, como del Convenio sobre el marco promocional para la seguridad y salud en el trabajo, 2006 (núm. 187), procurando la promoción del adecuado cumplimiento normativas aplicable orientada a preservar las condiciones físicas, psíquicas y sociales del trabajador así identificar y alertar sobre los riesgos presentes en el sitio de trabajo, lo cual constituye el fundamento de la cultura de  prevención ocupacional.

Todo ello invita a reflexionar la importancia que existe en la actualidad de propiciar una política nacional de cultura preventiva, que tenga como norte cambiar la concepción a nivel gerencial, donde las organizaciones empresariales y su componente humano, cambien sus esquemas tradicionales en materia de Seguridad y Salud ocupacional, adecuándose a las nuevas realidades y demandas sociales, así como también ajustar estos parámetros acordes a las perspectivas que han venido desarrollando las normativas aplicables vigentes en esta materia internacionalmente. Esto busca consolidar los aspectos fundamentales relacionados con la seguridad, higiene ocupacional y ambiente laboral, de acuerdo a las exigencias de una sociedad globalizada y competitiva, a los fines de garantizar un entorno laboral saludable, y propiciando por ende, una prevención de seguridad y salud en el trabajo que evite en la mayor proporción posible la ocurrencia de accidentes y enfermedades ocupacionales.

Para lograr consolidar esta cultura preventiva se requiere la capacitación y formación de competencias gerenciales en materia de Seguridad, Higiene y Medio ambiente de Trabajo, todo ello acorde a las tendencias y exigencias contemporáneas del mercado laboral globalizado así como también  de las nuevas estrategias gerenciales, con miras a lograr garantizar las condiciones físicas, psíquicas y sociales del trabajador así identificar y alertar sobre los riesgos presentes en el sitio de trabajo, buscando fortalecer la Calidad y Gestión de la Actividad Preventiva de las entidades de trabajo.

Es por esta razón, que la cultura de prevención en materia de seguridad y salud en el trabajo se constituye como el respeto al goce del derecho a un medio ambiente de trabajo seguro y saludable a todos los niveles, para lo cual es fundamental la participación activa de las partes involucradas en el proceso socio-productivo del país. Para ello, es de suma importancia tomar conciencia a las situaciones de inseguridad expuestas y, conocer de manera precisa los diversos riesgos y diferentes soluciones posibles, planteándose objetivos para resolver en el espacio y en el tiempo, la problemática existente, procurando la adopción de medidas, planes, programas y acciones concretas para la prevención de accidentes y enfermedades ocupacionales.

Por lo tanto, se debe fomentar una nueva cultura de la salud y la seguridad en el trabajo bajo una perspectiva más compleja e integral, para lo cual se debe realizar esfuerzos conducentes a la integración de las políticas de promoción de la salud y la calidad de vida en el trabajo, de prevención de accidentes de trabajo y enfermedades ocupacionales en todos los centros de trabajo, a fin de fomentar una auténtica cultura que permita entender el derecho humano fundamental de todos los trabajadores a la salud desde una óptica biopsicosocial.

 

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