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EL CONOCIMIENTO CONVERTIDO EN CAPITAL INTELECTUAL

  MSc. Adelso Rincón Romero
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE
ajrr_26@hotmail.com

Abogado. Participante del Doctorado en Ciencias Gerenciales (Urbe) / Gerente Legal Nacional / Consultoría Jurídica / Banco Occidental de Descuento

El conocimiento de una organización es considerado como su activo más importante. Las empresas se han dado cuenta de esta realidad y por ello han evolucionado al entender la necesidad de gerenciar este conocimiento. De modo que, se han buscado formas de darle valor mediante su captura, almacenamiento y distribución.

Tradicionalmente, este conocimiento ha estado en las mentes y corazones de su talento humano, la tarea de convertirlo en documentos y bases de datos formales requiere la creación de condiciones adecuadas (infraestructura y organización) los medios (modelos, software, procesos y herramientas de distribución) las estrategias (búsqueda, difusión y uso del conocimiento) y el liderazgo adecuado (un modelo de aprendizaje y divulgación del conocimiento).

De este modo, se logra capitalizar las experiencias de la empresa, sistematizándolas y reutilizándolas como base para diseñar y resolver situaciones presentes y futuras. Esto facilita la reducción de costos y tiempos, aumentando la productividad y eficiencia al momento que se consolida un activo intangible en forma explícita.

Por tanto,  la importancia fundamental de una gestión del conocimiento es lograr el desarrollo de una organización que aprende y crece a partir de sus experiencias y creaciones, a la vez que alimenta de manera exponencial a su talento humano que siempre llevará consigo las vivencias profesionales y los nuevos conocimientos aprendidos a partir de esta interrelación con la empresa a la cual pertenece.

Por su parte, la información es el insumo más importante en la sociedad basada en el conocimiento. Sin información no hay conocimiento, de allí el papel protagónico de las tecnologías de información en las sociedades modernas, es decir, lo que actualmente se considera el nuevo conocimiento.

Sin embargo, Malvicino y Serra (2005) aseguran que entramos en una era completamente distinta y el gran cambio lo está marcando la transición del paradigma de la sociedad industrial al paradigma de la sociedad del conocimiento.

Aumentar la productividad tratando de optimizar la fragmentación del trabajo o aplicando esquemas tradicionales ya no es la solución. La revolución de la productividad así entendida ya se agotó. La nueva era del trabajo implica la aplicación del conocimiento como la nueva fuente de creación de valor y riqueza.

La generación de valor agregado, vía conocimiento, es la innovación y la mejora de los productos y servicios de la empresa que provienen de la inteligencia y la creatividad de las personas. De igual forma Vásquez (2005) opina que el objetivo de las estrategias de las empresas innovadoras es aumentar la productividad y competitividad, así como mejorar el posicionamiento en los mercados a través de la gestión del talento humano.  En este contexto, la gestión como concepto amplio que es, se relaciona con otras palabras que comparten su raíz latina, tales como gesta, gesto, gestación, gesticulación, gestual y gerencia, y las involucra a todas dentro de sí.

Con frecuencia se promocionan en la empresa a los trabajadores competentes para asumir cargos de responsabilidad, pero si no se les moderniza, seguirán trabajando como siempre. No se percatan que han pasado a una tarea distinta y pretenden aplicar las mismas recetas utilizadas en el pasado. En este sentido, las empresas deben gestionar el conocimiento y esta gestión no termina con la creación de este, por el contrario, el conocimiento debe estructurarse, transmitirse y medirse para que pueda convertirse en capital intelectual.

Por su parte, la gerencia permite administrar continuamente el conocimiento para satisfacer necesidades presentes y futuras e identificar y explotar recursos de conocimiento tanto existente como adquirido, desarrollando nuevas oportunidades.

Según Bethancourt (2006) es un proceso sistemático para detectar, seleccionar, organizar, filtrar, presentar y usar la información con el fin de aplicar los recursos de conocimiento basados en el capital intelectual propio de las organizaciones y de este modo potenciar las competencias organizacionales.

De las consideraciones anteriormente expuestas se puede concluir:

  • El hombre representa y tiene el papel más importante en las organizaciones actuales.
  • La información es el insumo más importante en la sociedad basada en conocimiento. Sin información no hay conocimiento.
  • La gestión del conocimiento es administrar los flujos de conocimiento dentro de la organización, a efectos de lograr que las personas puedan acceder a este, en tiempo y forma para reutilizarlo (marketing interno).
  • La gerencia del conocimiento y la gestión del talento humano permiten combinar el conocimiento que la empresa tiene sobre sus productos, procesos, mercados, clientes, empleados, entre otros, para hacerla más competitiva.
 

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