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LIDERAZGO TÓXICO

  Ricardo Reyes Bracho
Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, URBE

Lcdo. En Bibliotecología y Archivología, MSc. En Planificación y Gerencia de Ciencia y Tecnología, MSc. Gerencia de Recursos Humanos. Dr. Ciencias Gerenciales.

Es relativamente fácil identificar las evidencias de cómo el ambiente organizacional puede ser un activo intangible de una empresa, una fuente de ventaja competitiva y una razón clave para que una empresa disfrute de los resultados financieros de la industria. Sin embargo, lo contrario también puede ser verdad. Si en la organización impera un ambiente hostil, sobre todo si tal hostilidad es impulsada por las jerarquías superiores de la empresa, entonces los resultados de la gestión mostrarán indicadores que reflejen tal disfuncionalidad.

El fenómeno de la hostilidad en el ambiente o microambiente de una organización, impulsada por una persona que ostenta algún puesto de jerarquía, puede atribuirse a un efecto tóxico del liderazgo.

Para Cubeiro y Gallardo (2008), un directivo o líder tóxico es un jefe inaguantable para sus colaboradores. Es realmente nocivo para la salud mental y física. Según este autor las acciones tóxicas de un líder son fuente de enfermedades profesionales entre las personas a su cargo o colaboradores, siendo este uno de las consecuencias más nocivas de este tipo de liderazgo.

Cabe destacar que los líderes tóxicos envenenan el ambiente del lugar de trabajo, desmoralizan al personal, no generan incentivos, producen un estrés innecesario, sofocan la creatividad y la disminución de toma de riesgos, mientras que a su vez, representan un obstáculo para la transformación de la organización y la institucionalización de la policía comunitaria. A lo que este autor se refiere es que los efectos del liderazgo tóxico afectan tanto a los individuos como a la misma organización, creando un verdadero ambiente hostil de trabajo, que tarde o temprano afectara el rendimiento de la organización y su rentabilidad.

Para Cotter (2001), citado por Samier y Schmidt (2010), describen el liderazgo tóxico como las prácticas gerenciales violentas que ocurren en todo el mundo en las cuales la mujer y los hombres son el blanco de una violencia despiadada. Desde una perspectiva laboral, este autor afirma que lo despiadado en las acciones tóxicas es en última instancia, una estrategia para reproducir una fuerza laboral que sea más fácilmente explotable.

Los liderazgos tóxicos son una gran fuente de desmotivación y aniquilación psicológica de las personas en la empresa, estas características del líder afecta a la productividad de las organizaciones y más aún al clima organizacional donde las actitudes del personal cambian de forma desfavorable desmotivándose y transformando su conducta, por hostigamiento por parte de los líderes; el reto de todo líder de hoy en día es conseguir que las personas que integren la organización aprendan, evolucionen profesionalmente y mejoren de manera continua. Y aún más lograr que todo esto se traduzca en resultado y objetivos medibles para la institución

Hasta ahora se aprecia que los distintos autores coinciden en que la toxicidad de las acciones o decisiones de los líderes tóxicos repercuten de manera negativa sobre las personas, sobre todo provocando consecuencias de orden patológico, ya sea psicológica o corporal, pero que en todo caso merma el rendimiento laboral dentro de las organizaciones.

Por otro lado cabe destacar que tales acciones tóxicas tienen como particularidad principal el hecho que las mismas provienen de personas con una posición jerárquica dentro de las organizaciones, lo que lo hace distinto a comportamientos tóxicos de meros empleados, que si bien no dejan de ser dañinos, resultan más manejables o controlables para la organización. El hecho que estas acciones provengan de alguna persona que ostente un cargo de dirección, lo hace sumamente especial por la naturaleza jerárquica del puesto y su capacidad de influencia sobre los colaboradores del mismo, dada la autoridad que sobre estos últimos se ejerce.

Se puede inferir entonces que un líder tóxico es aquella persona que ostenta responsabilidades sobre un grupo de trabajo dentro de una organización, pero que con un mal uso de esas atribuciones vinculadas a las responsabilidades de su puesto, genera malestar y tensión sobre las personas a su cargo.

Cruz (2010) afirma que si algo debe procurar un líder es nutrir a su gente, con nutrir se refiere a que los fortalezca y le añada valor constantemente. Lo contrario a un líder que nutre y edifica es uno tóxico. En este sentido, el autor realiza un cuadro donde resume algunas de las características de estas personas, como los sentimientos que estos provocan de sus colaboradores hacia ellos.

   Liderazgo Tóxico       Líderes que Nutren   
 Rechazados Aceptados y amados
 Desvinculados Involucrados
 Furiosos Queridos
 Frustrados Respetados
 Devaluados Valorados
 Inadecuados Capaces

Cuadro 1. Diferencias generales entre liderazgo Tóxico y Liderazgo que nutre. Fuente: Cruz (2014).

En el ámbito organizacional, análogamente, ha ocurrido algo similar con el concepto de liderazgo tóxico, del cual se puede afirmar que es el liderazgo cuyas acciones son nocivas para la salud organizacional, pero hay que destacar que pueden haber lideres destructivos bastante tóxicos, pero también pueden haber malos líderes que no son necesariamente tóxicos, pero que carecen de ciertas habilidades o competencias que les impiden tener una buena gestión afectando la salud organizacional, también pueden haber buenos líderes que son personas malas y líderes con problemas de salud mental, cuyas decisiones en el algún momento impacten de manera negativa a la organización.

En este sentido, Lipman Blumen (2005) en su lista de líderes tóxicos incluye a políticos corruptos que gobiernan un país, a un director ejecutivo (CEO) que toma una serie de malas decisiones que dejan a una empresa en bancarrota, o a un influyente miembro del clérigo que es acusado de abuso sexual a menores. Se aprecia entonces que el término tóxico aquí ha sido usado mezclando aspectos personales y de liderazgo para describir una variedad de líderes disfuncionales cuyas acciones ciertamente pueden afectar a sus respectivas organizaciones, pero no necesariamente tales personas podrían considerarse como tóxicas. Es por ello que cabe mencionar la importancia de determinar lo que es y lo que no es un liderazgo tóxico.

El liderazgo tóxico no debe incluir aspectos de acciones erradas de gestión gerencial, malas intenciones o problemas de salud mental, ya que hay grandes líderes que toman malas decisiones, así como líderes mal intencionados, pero con grandes habilidades de liderazgo sin que ninguno de estos dos grupos se califiquen como líderes tóxicos. Schmidt destaca que los liderazgos tóxicos pueden y deben ser universalmente reconocidos como un único set de conductas de liderazgo que impactan negativamente a un grupo de subordinados de manera previsible.

El líder tiene gran relevancia en el contexto organizacional y en la vida, en este caso se conocerá sobre el liderazgo organizacional, el cual es clave para el éxito de la organización, pues un buen líder llámese transformacional, carismático, siervo entre otros, lo relevante es que el líder sea coach, sepa guiar y brinde un buen trato a sus socios del saber motivándolos pudiendo de esta manera incrementar el rendimiento de la empresa. En cambio un líder que solo busca aumentar la productividad y no ofrezca un trato humanizante, acorde a sus colaboradores para que se sientan a gusto con su trabajo, no podrá crear un buen clima organizacional.

 

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